lunes, 22 de noviembre de 2010

DESEO



LA PRIMERA LEY DEL TRIUNFO

IV

Si tuviera la lámpara maravillosa de Aladino, ¿qué sería lo que pediría al genio? ¿Riquezas? ¿Honores? ¿Fama? ¿Amor? ¿Qué es lo que desea sobre todas las cosas. . .?

No importa lo que sea, puedes tenerlo. Todo lo que desees con intensidad, con propósito firme y sincero, puede ser tuyo. Pero lo esencial, lo importante, es saber lo que deseas, formar en tu mente una imagen clara y precisa.

Aunque parezca extraño, muy pocos saben lo que quieren. La mayor parte lucha de una manera vaga, esperando que algo aparezca. O se abisman tanto en la lucha, que olvidan –si es que alguna vez lo supieron– el objeto de esa lucha. Son como un hombre que se ahoga –usa mucha mas energía de la necesaria– para llegar a la meta, pero la malgasta en esfuerzos sin objeto, sin pensamiento, sin dirección, debilitándose sin obtener resultados satisfactorios.

Es necesario que sepas lo que quieres antes de que puedas obtenerlo; tienes en tu mente poder ilimitado, pero TU tienes que formular el deseo.

El reino de la mente, en donde tienes todo el poder práctico que existe, tu puedes poseer todo lo que desees. Pero tienes que exigirlo, que visualizarlo, que hacerlo una realidad. . . y será tuyo. Porque el Genio de tu Mente puede darte poder sobre todas las circunstancias, salud, felicidad, y prosperidad. Todo lo que necesitas es un deseo intenso y sincero.

¿Parece imposible? Pues volvamos por un momento al principio. Tú estás contagiado con ese "descontento divino" que ha sido la causa de todos los grandes éxitos del mundo. . . de otra manera no leerías este libro. El corazón te pide algo mejor. "Bienaventurados aquellos que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán satisfechos". Tú estás cansado de las privaciones, de la rutina de los días que nada producen. Cansado de las penas y sufrimientos que parecen ser destino del hombre sobre la tierra.

Hay siempre algo dentro de ti que te hace desear cosas mejores, que no te da un momento de paz, de descanso. Ese "algo" es lo mismo que hizo que Colón atravesara el océano; que obligó a Aníbal a cruzar los Alpes; que hizo de Henry Ford, un pobre mecánico a los cuarenta años, el hombre mas rico del mundo a los sesenta.

Ese "algo" dentro de ti te repite sin cesar que puedes hacer todo lo que quieras hacer, que puedes ser todo lo que quieras ser, que puedes tener todo lo que quieras tener.

Ese "algo" dentro de ti es tu ser inconsciente, tu parte de la Mente Universal, tu Genio del cerebro. Los hombres le llaman Ambición, y "Feliz es el hombre a quien el Demonio de la Ambición quía a través de la vida".

Feliz tú, si el es tu guía.

Te hará seguir adelante hasta que triunfes. . . te hará trabajar, correr, y siempre avanzar.

Y así es como un hombre verdadero debería ser guiado.

Es este Demonio el que trabaja en el cerebro de los hombres, el que hace que el corazón palpite mas de prisa a la sola idea del éxito, el que hace que el rostro palidezca antela sola idea de fracaso.

Cada uno de nosotros tiene ese Demonio por guía, EN LA JUVENTUD CUANDO MENOS.

Desgraciadamente, él abandona a la mayoría de nosotros, como cosas inútiles, que no merecen ser guiadas, para cuando llegamos a los veinticinco o treinta años.

¿Cuántos hombres mirarán hacia el pasado, cuando estaban enganchado al carro de la Vida, con el Demonio de la ambición como guía? ¿Cuándo no podían esperar a que pasaran los años y llegara su oportunidad?

Aquellos que están destinados a ser los grandes hombres del futuro, cuando casi todos nosotros seremos medianías, son aquellos a quienes este Demonio está guiando de una manera implacable y terrible, a través de todas las tormentas, de día y de noche.

Feliz TU si estás enganchado al carro de la vida y guiado por el Demonio de la Ambición.

Supongamos que tu has tenido tus fracasos, tus desilusiones. Supongamos que el filo de tu ambición se ha embotado. . . Recuerda, no hay obstáculo que no sea posible rodear, o cruzar o saltar. . . y si dependes menos de ese diez por ciento de tu habilidad que reside en tu mente consciente, y mas en ese 90 por ciento que constituye tu mente inconsciente, podrás vencer todos los obstáculos, recuerda esto: No hay situación tan desesperada, ni vida tan avanzada, que la mente no pueda redimir.

Cada situación adversa es simplemente una falta de algo. La oscuridad, tú lo sabes, no es real; es simplemente un falta de luz. Produce la luz y verás que la oscuridad no existe; desaparece instantáneamente. De la misma manera la pobreza es simplemente una falta de abundancia. Encuentra la fuente de la abundancia y tu pobreza se desvanece. La enfermedad es simplemente un ausencia de salud. Si tienes salud perfecta, la enfermedad no puede atacarte.

Por consiguiente no hay nada que vencer. Sólo tienes que adquirir algo. Y la Mente siempre puede mostrarte el camino. Puedes obtener de la Mente todo lo que desees si aprendes a obtenerlo. NO ES LA VOLUNTAD, SINO EL DESEO, LO QUE GOBIERNA AL MUNDO. . .

"Pero –tu dirás–, yo he tenido deseo toda mi vida; siempre he querido ser rico. ¿cómo es posible explicar la diferencia entre mi pobreza y el poder u la riqueza de todos los hombres ricos que conozco?